Un anciano muestra una escena: una viuda en la Francia ocupada de la II Guerra Mundial recibe la visita de un oficial de la S.S. La conversación educada y formal contrasta con el verdadero objetivo del encuentro.

El espectáculo se abre ante el espectador como una reflexión ética sobre los valores morales, los traumas y la culpa de los que sobreviven en medio de la tragedia.

Todo ello, a través de un espacio escénico semivacío, donde una mujer se verá forzada a asumir las consecuencias de una decisión impuesta de manera violenta y cruel.