Mallorca es la isla más grande y completa de todas las que forman el archipiélago balear. Por ello, tiene una gran cantidad de lugares para visitar y apreciar su belleza. Así pues, aquí les facilitamos una lista de lugares a los que hay que acudir durante una escapada a las tierras mallorquinas.

El faro de Formentor

Este lugar pertenece al municipio de Pollença y se encuentra en el extremo norte de la isla. Se trata de una estrecha península que termina en el cabo de Formentor, coronado con un faro envidiable. Es una visita obligada para todo aquel que ame la naturaleza, ya que apreciará un espectacular acantilado de más de 100 metros y un mirador del que puede contemplarse el atardecer. A este lugar, los mallorquines lo denominan 'el punto de encuentro de los vientos'.

Sa Calobra y el Torrente de Pareis

La carretera que lleva a la playa de Sa Calobra es considerada como una de las más bellas, espectaculares, peligrosas y exigentes de España y del mundo. Solo son 14 km de recorrido, pero es un camino lleno de curvas cerradas y enlazadas, sobre precipicios cortados a pico, y con una calzada estrecha sin línea central. Pero merece la pena cuando llegas al final del camino y ves una de las pocas playas que hay en la Sierra de Tramuntana con unos peñascos de hasta 200 metros de altura a cada lado y un agua de color turquesa.

Desde Sa Calobra se puede acceder a la cercana desembocadura del Torrente de Pareis, considerado Monumento Nacional desde 2003, que transcurre durante tres kilómetros por un profundo cañón. Para llegar al mar, hay que avanzar por una pasarela estrecha de 300 metros con un túnel excavado en la roca.

Puerto de Andratx

Este lugar es un original puerto a 4 km de Andratx, que ha pasado de ser un pueblo de pescadores a un destino turístico residencial de lujo en pocos años. La zona del puerto y el paseo marítimo está muy transcurrida en los meses de verano, donde se crea un ambiente cosmopolita con restaurantes, tiendas excéntricas y locales tranquilos en los que pararse a tomar algo mientras disfrutas de las vistas. Aquí también podrás contemplar la lonja de pescadores, su vida cotidiana, la llegada al atardecer con la pesca, cómo la descargan y su posterior subasta.

Casco antiguo de Palma

El centro histórico es donde se concentran la mayoría de monumentos en Palma. Tiene un trazado medieval de calles estrechas y retorcidas, en los que de vez en cuando se destacan verdaderos palacios, ya que era donde antiguamente vivía la nobleza mallorquina. Lo edificios más emblemáticos de la ciudad se construyeron durante el año 1276 y 1343, cuando tuvo un breve periodo de independencia con reyes propios, y dejarán a cualquiera asombrado por su estructura de estilo gótico: la Catedral, la Lonja, el castillo de Bellver, la iglesia de Santa Eulalia...

Playa de Es trenc

La playa de Es Trenc es una de las más grandes y vírgenes de la isla, ubicada en el sur de la isla, concretamente en el término municipal de Las Salinas. Está considerada una de las playas más bonitas de Mallorca, con casi 2 km de arena fina y blanca que se adentra en unas aguas claras y limpias de color turquesa que, al estar rodeada de salinas, no presencia ningún tipo de construcción que estropee este fabuloso paraíso.

El pueblo de Valldemossa

En el interior de Mallorca todavía existen pueblos que no se han explotado por el turismo de masas. Uno de los mejores conservados y más conocidos es Valldemossa. Situado en un medio de un valle, las calles empedradas de aires medievales, y las plantas que maquillan sus callejones, le convierten en uno de los pueblo más bonitos de la isla, por lo que es uno de los sitios imprescindibles que hay que visitar en Mallorca.

Este pueblo tiene un pasado histórico digno de conocer que aumenta todavía más su indiscutible belleza, por no mencionar que fue el destino elegido por el compositor Frédéric Chopin para pasar el invierno y componer algunas de sus obras.

El mirador de Sa Foradada

Este mirador está escondido por la Sierra de Tramuntana, exactamente en el término municipal de Deià y es uno de los más solicitados de la isla. El nombre hace referencia a uno de los accidentes geográficos más conocidos y curiosos de Mallorca, con el peculiar agujero en la roca ('forat' agujero mallorquín, por lo tanto, 'foradada' significa agujereada) de 18 m de diámetro, es visible desde distinto punto de la sierra. Sin embargo, lo mejor es asomarse desde el mirador que tiene a lo alto. Aunque cualquier momento del día es bonito para ir a visitarlo, el mejor sin duda es en la puesta de sol, cuando muchos mallorquines y turistas se acercan para admirar los últimos rayos de sol.

Sóller y su puerto

Al noroeste se la isla podemos descubrir el valle de Sóller, un pequeño tesoro que nos regala una combinación única entre mar y montaña. En este valle está el pueblo de Sóller, conocido como el centro cultural de la Sierra de Tramuntana y también como uno de los más bonitos de la isla.

En el centro de la plaza la indudable protagonista es la iglesia de san Bartolomé, sin embargo, por los callejones encontraremos casas tradicionales de la montaña mallorquina, pequeñas tiendas y la estación de tren de Sóller, por donde pasa un tranvía de madera que une el pueblo con su puerto, el Puerto de Sóller. Este tranvía fue inaugurado en 1913 y transcurre por un recorrido merecedor de conocer.

El Puerto de Sóller es un puerto deportivo construido en torno a una bahía, con un bonito paseo marítimo a rebosar de restaurantes y tiendas, donde no se puede perder la visita al faro de Capgros y el mirador de Santa Catalina.