Opinión

Después del 20A: ¿ahora qué?

Imagen de la manifestación del 20A entre las plazas de la Candelaria, de España y del Cabildo.

Imagen de la manifestación del 20A entre las plazas de la Candelaria, de España y del Cabildo. / María Pisaca

Clavijo admite ahora que el modelo turístico debe cambiar. Ahora, como si no llevase décadas creciendo de forma insostenible. Como si no hubiese sido presidente de Canarias entre 2015 y 2019. Como si no hubiera destinado millones y millones a impulsar el turismo. También lo admite la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, quien parece haberse dado cuenta ahora de que «hay turistas por todos lados». Dice que «Tenerife no es un parque temático», una consigna en la que llevan años insistiendo activistas y ecologistas.

Empiezan ahora a proponer algunas medidas, que resultan insuficientes, mientras siguen rechazando lo que pide la gente para transitar hacia un nuevo modelo y arreglar destrozos. No es de extrañar, porque la política se mueve con escarmientos, a pico y pala. Aunque las movilizaciones del 20A dejaron muy claro el posicionamiento de gran parte de la población canaria, los cambios aún no se vislumbran. Sin ir más lejos, el Cabildo de Tenerife inició el lunes restricciones temporales en el suministro de agua debido a la sequía. Concretamente, en el riego de varias zonas rurales de La Laguna, Tacoronte, La Matanza y El Sauzal.

Es entendible que las reformas aún no sean visibles porque este modelo turístico y económico lleva mucho tiempo anclándose en el Archipiélago, agarrándose cada vez más fuerte. Por eso, hacen falta transformaciones muy profundas que no se consiguen de la noche a la mañana en unas islas que no dejan de batir récords y de copar los niveles de ocupación hotelera. La movilización ciudadana ha forzado un viraje en el discurso político, pero la voluntad para reformar es una cuestión muy diferente.

Clavijo se tomó su tiempo, pero finalmente acabó reuniéndose con cinco miembros de Canarias se agota, una de las plataformas que convocó las manifestaciones del 20A. Sus portavoces tildaron de «decepcionante» el encuentro porque no han percibido «ninguna voluntad» para introducir cambios. Tanto es así que el presidente ha remitido a los ayuntamientos de Adeje y Granadilla la paralización de las obras de Cuna del Alma y del hotel de La Tejita, si bien el Gobierno canario tiene las competencias para hacerlo.

El Ejecutivo anterior inició los trámites para comprar los terrenos donde construirían el hotel, pero no parece, por ahora, que esta operación vaya a culminar (aunque Clavijo propuso, como quien no quiere la cosa, que lo haga el Gobierno central). Incluso Costas ha vuelto a pronunciarse, afirmando que la promotora no tiene permiso de obras y que ya se le exigió paralizarlas. Asimismo, CC, PP, AHI y ASG han rechazado medidas como la moratoria turística, la ecotasa y limitar la venta de viviendas a extranjeros. Desde el sector político, se ha conseguido poco más que la propuesta de Dávila de cobrar a los visitantes por entrar en espacios naturales y limitar los accesos. Con este panorama, distintos grupos de activistas continúan movilizándose, no solo en Canarias, sino también en Madrid.

Más de un partido ha intentado agendarse el éxito del 20A, pero, a la hora de la verdad, siempre es más fácil ser contundentes desde la oposición. En cuanto al Gobierno autonómico actual (que también ha querido atribuirse el mérito), parece que solo introducirá los cambios mínimamente necesarios para hacer ver que se ha escuchado a la población. Como viene ocurriendo con los problemas de movilidad, es la ciudadanía quien se ve obligada a tomar las riendas.

En las últimas semanas, dos estudiantes de la Universidad de La Laguna han conseguido que el Cabildo de Tenerife introduzca, a partir de septiembre, guaguas lanzadera desde el Sur de la isla. Es una iniciativa que las administraciones deberían haber tomado hace mucho tiempo, más aún cuando ya existen guaguas homólogas en el Norte y sabiendo que el problema de movilidad se extiende también al Sur.

La solución era muy fácil pero, además, urgente. No es lógico ni tampoco sano que haya estudiantes sin más opción que gastar 6 horas al día en trasladarse a la Universidad (el triple de lo que se tarda en coche) incluyendo trasbordos. Esa pérdida de tiempo puede costarle a la gente la capacidad de ir estudiar. La institución se vuelve así un poco menos pública. No todas las familias pueden permitirse pagar un piso en La Laguna, sobre todo con el encarecimiento de los precios, debido en parte (aunque no solo) al aumento de las viviendas vacacionales. Esas para las que se pide una regulación más estricta.

Son muchas las personas que comparten la emoción, el sobrecogimiento e incluso la esperanza que surgieron tras las manifestaciones del 20A. Es cierto lo que se dijo: fue una convocatoria histórica. Acudió un número enorme de personas de todas las edades que se movilizaron no contra un solo proyecto, sino contra todo un modelo. Además, digo muy convencida que la participación fue mucho más alta de lo que se ha dicho. Sin entrar a decir una cifra exacta, solo hay que ver las imágenes para darse cuenta de la gran magnitud que tuvo.

El 20A no fue el comienzo ni tampoco debe ser el final. Aunque se hayan unido muchas voces, el potencial transformador de una sola manifestación es limitado. Tiene que enmarcarse en todo un movimiento para que eche raíces. Por eso, las convocantes han insistido en que las reivindicaciones deben continuar. Así lo han expresado desde Canarias se agota: «Necesitamos el apoyo de todo el pueblo para seguir haciendo presión y conseguir el cambio que tanto necesita nuestro territorio».