El alga es una planta marina, el primer organismo vegetal y precursor, además, de las especies terrestres. Pero con ser tan antigua, también es una absoluta desconocida en las mesas de nuestro país. Eso a pesar de que se ha consumido desde antiguo por culturas como la de los romanos, los vikingos y, claro, los japoneses.

Con el propósito de convertirla en un alimento cotidiano, en parte de la dieta doméstica, las instalaciones del hotel Iberostar Mencey de la capital tinerfeña acogieron ayer la presentación de varias especies que se recolectan en el litoral gallego (wakame, espagueti de mar, kombu, percebe y lechuga de mar) y que, tras un proceso de ultracongelado, son distribuidas en los canales de alimentación.

El acto, que contó con la presencia de responsables de las diferentes empresas que participan en este lanzamiento, convocó a numeroso público en el Aula de Cocina del hotel, la mayoría de ellas personas vinculadas con el sector de la restauración.

Tras un cocktail de bienvenida, los invitados asistieron en primicia a la proyección del cortometraje Origen 6.12, producido por Xavi Rieiro y rodado en Galicia, un homenaje a la mar y a las personas que faenan en ella, en la idea de transformar el alga en un alimento cotidiano.

Cuando se hizo la luz le llegó el turno al biólogo marino Sergio Baamonde, quien repasó las cualidades de estas verduras, que "se alimentan del sol y concentran la energía del mar", además de ponderar su riqueza en minerales, sales marinas y oligoelementos. "Tienen más calcio que la leche y mas hierro que las lentejas", subrayó.

Antes de que las influencers #pasión4cocinar hicieran realidad su show cooking, el chef Pepe Solla, embajador de la cocina atlántica, invitó a los cocineros a reflexionar. "No somos magos y tenemos la dudosa capacidad de estropear las cosas", censuró, acentuando su condición de hedonistas, en búsqueda del placer, señalando entonces las condiciones del alga "por su enorme potencial y su increíble sabor" y animando a desterrarla como "algo raro", a tenerla en la despensa e incorporarla a ensaladas, guisos, fondos...

En definitiva, darle a los platos sabor a mar, desde la propia mar.