Muchos no conciben que los platos que van a vestir las mesas no tengan nombre propio. Las vajillas exclusivas ofrecen el sello de distinción que hoy se impone, aunque quien lo firma se remonte muchos años atrás.

Bordallo Pinheiro ( www.pt.bordallopinheiro.com) es probablemente la más antigua de las firmas de vajillas de autor incluidas en estas páginas. Nace en 1884 de la mano de uno de los creativos portugueses más importantes de todos los tiempos, Raphael Bordallo Pinheiro. Su arte con la caricatura y su visión de la cerámica han provocado que su legado no haya perdido ni un ápice de las notas de su carácter, una máxima que tenía su hijo Manuel Gustavo, quien le sucedió, y que logró trasladar a quienes vinieron más tarde.

La fábrica de Caldas resistió la crisis que vivió en 1920 y, posteriormente, en 2008. Cerca de un centenar de artistas y diseñadores de diferentes áreas idean hoy por hoy las piezas que firma Bordallo Pinheiro, y es que el sello enamora a los creativos más exigentes, pero también a las casas más punteras. Zara Home sacó en febrero una muestra de nueve piezas que había creado la firma lusa para ellos con forma de tomates y repollos.

Con los motivos vegetales como eje central y manteniendo la técnica más tradicional de la artesanía portuguesa, la Fábrica de Faianças de Caldas de Rainha ha conseguido que sus vajillas se merezcan la distinción de producto destacado.

La cerámica portuguesa que la firma trata con técnicas de modelado y esmaltado de delicadeza extrema en los detalles hace que las piezas que crean sean las protagonistas sobre el mantel o directamente en el tablero.

Formas exactas y relieves trabajados son el deseo de todos aquellos que quieren lograr que el momento de comer sea diferente. Sus colecciones no tienen nombres complicados, son tan gráficos como lo son cada uno de sus recipientes: Calabaza, Hojas de campo, Prado€ cada una sorprende al tiempo que se despliega. Más allá de que estén bien definidas se pueden combinar entre ellas creando experiencias nuevas ante cada comensal.

Nuria Blanco (www.vajillasbynuriablanco.com) es una artista multidisciplinar que tiene muy claro que le gusta experimentar, hacer de su arte una experiencia en cada momento hasta el punto de trasladarse a los placeres más cotidianos como es comer. Los platos que pinta a mano se caracterizan porque forman puzzles entre si de manera que cada uno de ellos tiene un significado por separado y en conjunto es una gran creación que puede posarse sobre la mesa o colgarse haciendo una obra única en la pared.

La creativa, que tiene su taller en Madrid, se plantea los objetos cotidianos como un lienzo en blanco que trabaja con técnicas y procesos artesanales que permiten fijar el dibujo a una temperatura de cocción para poder limpiarse en el lavavajillas. No quiere que la exclusividad de sus elementos haga que no puedan ser usados a diario.

Sus colecciones llevan nombres con juego. Duo Zoo parte de los animales como base principal de su dibujo y la necesidad de que dos, tres o más platos se unan para definir la forma. Este concepto se lleva al resto de las vajillas con la diferencia del motivo.

Cuando Blanco se pone a diseñar es embaucadora hasta el punto de tener colecciones que te invitan a comer. Apetito dibuja bocas jugosas, miradas penetrantes, corazones latiendo. La artista la define como la "colección de loza blanca en el que los sentidos y el cuerpo humano son los protagonistas de la imagen que forman en uno, dos o varios platos", mientras que de las piezas que recoge otra de las colecciones Cara a cara no duda en decir que "esta colección invita a soñar con una puesta en escena repleta de metáforas. Su mesa se inunda de rostros y objetos que construyen relatos cotidianos. Las imágenes invitan a los comensales a digerir el festín enfrentado a la mirada tan ajena como familiar de sus creaciones metahumanas. Las piezas, parejas indivisibles, recrean mensajes universales. Obras únicas que convencen con la sencillez de la mirada eterna". Entrar en el mundo mágico de las vajillas de Nuria Blanco es una experiencia que se mantiene por siempre en el recuerdo.

Pilar González Concepción firma las vajillas que crea Cerámica Jícara, (www.ceramicasJícara.com). La artesana canaria tiene un encanto especial, una forma de captar ideas y hacer realidad los sueños de los chef más exigentes.

En su taller de La Laguna idea los recipientes más concretos y las piezas más innovadoras, aquellas que casen con un momento especial o un día cualquiera. Sus tazas son absolutamente personales, distintas y con un juego cromático, de texturas y de formas que sorprende en todas las ocasiones.

Estas piezas no están concebidas para el desayuno, aunque también es una de sus opciones, están preparadas por tamaños para que puedas beber una cerveza en las más grandes o tomar un te en las de tamaño mediano.

La idea que quiere trasladar a sus alumnos -Cerámicas Jícara imparte talleres para grupos reducidos-, también le llega a sus clientes. González tiene como premisa que se conozcan los materiales que están tocando para así descubrir cómo tratarlos, y eso es exactamente lo que siente quien la adquiere, cuando pieza a pieza elige todos los elementos que componen esa vajilla de autor.

Cristina Oria (www.cristinaoria.com) es la propietaria de uno de los conceptos gastronómicos más interesantes "alta cocina a domicilio". La emprendedora decide, tras estudiar ADE en una de las facultades mas relevantes de España, que su vida va a dar un giro de 180º y se va a formar en cocina, que desde siempre había sido su pasión. Lo hace en la prestigiosa escuela Cordon Bleu de París. En 2009 fundó su empresa y fue nombrada comander de los vinos de Burdeos. Luego llegaron los galardones en Madrid Fusión. La delicadeza de sus platos y el cuidado exhaustivo de todo lo que elabora se lleva también a la presentación y el producto que ofrece, incluidas las vajillas que tiene en venta también en su tienda del barrio de Salamanca, Madrid. Las piezas juegan con la sofisticación del blanco y negro, de los bordes perfilados y con cierto juego barroco. Las rayas se definen con el grosor, los rombos con la esbeltez de la forma, los topos con el toque de diversión que coordinan con los puntos más discretos. La combinación entre las piezas es tan posible como la mente del cliente sea capaz de apreciar.