Danza

La tecno-iglesia, a escena

Estrecha producciones llega al Teatro Victoria para escenificar la cultura del sacrificio a través de dos funciones de ‘Salmo 23’

Uno de los momentos de la propuesta ‘Salmo 23’, de Estrecha Producciones.

Uno de los momentos de la propuesta ‘Salmo 23’, de Estrecha Producciones. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

La cultura del sacrificio toma protagonismo en el Teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife con el espectáculo Salmo 23. Pintura escénica en tres cuadros. Pasión, muerte y resurrección, de la compañía afincada en Madrid de origen andaluz Estrecha Producciones. Habrá dos pases, el sábado 20 y el domingo 21 de abril, a partir de las 19:30 horas, de esta propuesta establecida en tres actos con una estética definida como «tecno-eclesiástica».

Se trata de una propuesta multidisciplinar de la que, explica la creadora de Estrecha Producciones, Lydia Aranda, «no va sobre la fe, ni mucho menos sobre la Iglesia». Se trata, ante todo, de un proyecto muy personal que sale por primera de Madrid de gira para poderse ver en Canarias y que surgió tras la lectura de la tragedia de Jean Racine Fedra. «Queríamos dar forma a un laboratorio experimental para investigar las tres acciones esenciales» que se descubren a través de la lectura del universo de esta obra de teatro. Para ello, la compañía creó un texto a ritmo de bulería flamenca, una pintura escénica también definida como «un patetismo andaluz con el cante jondo».

A lo largo de esta creación, la compañía propone momentos como qué podría ocurrir si la Virgen María no quisiera prepararse para afrontar una nueva Semana Santa y con esa idea los artistas abordan «la cultura del aguante y el sacrificio». En esta línea, la propia Lydia Aranda reconoce que «yo he renegado durante mucho tiempo de la Semana Santa, de la fe y de la Iglesia». No obstante, añade que, tras un tiempo viviendo fuera de su Andalucía natal, «he reconectado un poco con mi origen y las costumbres de nuestra tierra». Así pues, define esta propuesta como «un proceso de reconciliación con las raíces».

La compañía ha empleado diferentes disciplinas artísticas para dar forma a esta propuesta en la que priman los actores de raza gitana o que al menos hicieran referencia a la imagen andaluza. Además, desde el comienzo tuvieron claro que querían conocer la opinión del público y por eso han puesto en escena esta propuesta desde que comenzó a fraguarse. Fue en ese momento cuando surgió el concepto de techno-iglesia y se puso el foco en la lucha de opuestos, «del grito al susurro, de la vela al neón, del llanto a la risa», reflexiona Lydia Aranda.

Tras tantas aportaciones también por parte del público, la compañía reconoce que esta idea podría tener continuidad a través de nuevas propuestas escénicas. «Hemos descartado muchísimas cosas porque la obra no puede durar eternamente, y tenemos ganas de rescatar lo que un día rechazamos para este primer estreno», relata la creadora quien celebra además haber encontrado una estética y un lenguaje específico, «nuestro y único», para dar a conocer este mensaje.

Estrecha Producción invita al público a vivir «una experiencia catártica» en la que incluso podrán «tomar el control, expresarse, desahogarse e incluso cantar». Es una propuesta que invita al espectador a poner todos sus sentidos a disposición del espectáculo.