Se adentra en dos terrenos muy distintos pero consigue en ambos fertilizar un relato que adquiere progresiva consistencia, tanto en el plano dramático como en el de la música country. De este modo, la figura que nos retrata está repleta de vida y, lo que es más importante, desprende los temas y los aspectos que mejor la definen.

Es una película pensada y concebida por una mujer, la guionista Nicole Taylor, que ha sabido pulsar todas las teclas que un relato como éste requería para motivar al espectador e introducirse de lleno en su mundo. Su premio del público en Berlín demuestra que ha logrado conectar con el auditorio sin obstáculo alguno que lo impida. Sin dejar de lado que estamos ante un producto claramente feminista, forjado, escrito e interpretado por mujeres plenamente conscientes de su compromiso humano y profesional.

Con la suerte de que el único hombre que tiene un peso decisivo, el director Ton Harper, supo situar en primer plano el factor de la sensibilidad, algo que ya se apreciaba en alguno de sus cuatro largometrajes: War book y La mujer de negro. El ángel de la muerte.

Con estos planteamientos esta Rosa Salvaje se gana al espectador desde los primeros fotogramas, a pesar de que su comportamiento y su compromiso como madre dejen bastante que desear en los primeros momentos. Pero es obvio que esta muchacha de 23 años, Rose-Lynn, liberada de prejuicios y que suele hacer el amor en la playa, siente tal pasión por ser una cantante de country que todo lo demás, hasta sus dos hijos pequeños, es casi irrelevante. El problema es que acaba de salir de la cárcel, acusada de tráfico de drogas, y solo el cariño de su madre, entregada por entero al cuidado de los pequeños, ha permitido que saliesen adelante.

La parte más interesante es la que pone de relieve su grave dilema, avivado por su madre, que le hace ver que solo asumiendo su condición maternal, algo que no acaba de querer ver, podrá triunfar como cantante. Mientras tanto, se siente pesimista, hasta el punto de considerarse como la única británica interesada por el country y por aparecer en las listas de Nashville. Por eso ha de trabajar como limpiadora para superar una situación económica crítica y afrontar de lleno entrar en el mundo oscuro y poco gratificante de las casas de discos. Por ahí puede llegar el éxito.