Calificación: *** | Director: Marc Vigil. | Guión: Sara Antuña y Carlos de Pando, basado en la novela de Juanjo Braulio. | Fotografía: Isaac Vila.Música: Zeltia Montés. | Intérpretes: Pedro Alonso, Nacho Fresneda, Carmina Barrios, Raúl Prieto, José Angel Egido, Javier Godino, Luis Zahera, Alex Moner, Zeira Romero, Maite Sandoval. | Duración: 92 minutos.

Tiene proyección de futuro y es un realizador valenciano que puede ocupar un lugar destacado en nuestro cine si llegan oportunidades que estén a la altura que se merece. No hace falta ser un mago, simplemente haber seguido de

cerca la carrera del Marc Vigil y constatar la consistencia de su trabajo, especialmente en el plano de la dirección. Su intensa actividad en la pequeña pantalla lo pone de manifiesto en los numerosos capítulos que ha forjado de diversas series, entre ellas Aida, Siete vidas, Águila Roja y El Ministerio del Tiempo.

Pues bien, todo ese saber hacer se deja sentir de lleno en su ópera prima, El silencio del pantano, rodada el pasado año en escenarios valencianos y en un marco abiertamente político en el que el público se las verá con términos tan familiares como corrupción, dinero negro, codicia y secuestro. El cineasta ha buscado la inspiración en una novela de Juanjo Braulio que es una invitación a recrearse en todos esos ingredientes que fluyen de una literatura rabiosamente actualizada y que refleja una fijación específica en el paisaje político de la Comunidad Valenciana.

Porque a pesar de que Marc Vigil pretende hacernos creer que la suya no es una novela sobre la corrupción, sino sobre el poder, en tanto este lo ejercen los que mandan, unos seres sin escrúpulos y ahogados en la codicia, se hace ostensible que nos movemos en un terreno cuajado de seres corruptos.

Una de las novedades que presenta la cinta es que el protagonista, conocido como Q, es al mismo tiempo que escritor un periodista que está en contacto con todas las esferas en donde anida la corrupción, de forma que sigue los pasos de Ferrán Carretero, un exconseller de la Generalitat que invade las esferas en las que se maneja mucho dinero, pero que también ostenta el poder allá donde la gitana Puri ha sembrado de euros mediante las drogas y el lavado de dinero, las fuentes de una financiación siniestra.

El relato tiene como decorado un pantano que ha perdido sus signos de identidad. Hay momentos que conectan con el entorno y en el seno del reparto destaca Carmina Barrios, con un notable poderío, y un Pedro Alonso en uno de sus primeros cometidos de peso para la gran pantalla.