El Festival de Narración Verano de Cuento de El Sauzal ha cambiado de escenario en su veinte aniversario por motivos ajenos a la voluntad de sus organizadores, el grupo Teatrofia, porque se realizan obras en la tradicional escalera-escenario por la que ha desfilado lo más granado de este arte oral escénico en Canarias. Este evento se desarrolla ahora en el largo pasillo, casi plaza, que conduce entre jardines a la iglesia de San Pedro de la localidad.

Una media de cuatrocientas personas cada jornada, cada viernes hasta el 30 de agosto, se dan cita en este espacio al aire libre para escuchar atentamente las diferentes historias que les cuentan los narradores invitados a este acontecimiento cultural, uno de los más veteranos de las Islas junto al de Agüimes.

Para la velada de hoy está convocada la actriz y cómica palmera Petite Lorena (El Paso, 1978), una comediante que modifica su espectáculo cada noche que sube al escenario, en el que salen elementos viejos y entran otros nuevos que se han cruzado en su camino hacia el festival.

"Cogeré un fragmento de mi espectáculo Sexo y mentiras de la mujer palmera y haré un cóctel nuevo con cosas que he ido cogiendo durante los últimos meses. Tengo una base, pero el espectáculo va caminando siempre con contenidos de actualidad".

La improvisación es uno de los aliados de este humorista que trabaja con un material exclusivo, lo que acontece en su propia vida, la realidad que le inunda, las cosas que le pasan, sus emociones. "Si voy al aeropuerto y tengo un percance con las maletas, lo cuento cuando actúo".

Lorena, que se caracteriza por sus montajes frescos e irónicos, pretende siempre que la gente se lo pase muy bien con sus historias. "Mis espectáculos son como una especie de estriptis de mí misma. Soy comediante, una soldado de la risa, y mi misión es romperme el pecho para que la gente no sonría, sino que se descojone".

El otro paladín del humor será el grancanario Paco del Pino (1964), el Rubio, quien dará rienda suelta a su montaje Mujeres que no rieron, una selección de cuatro relatos dedicados a la mujer que tenía en mente desde hacía meses.

"Siempre tuve la intención de contar historias para mujeres que no rieron, porque hay cuentos en los que las princesas descubren que el príncipe azul con el que se casaron no es azul, descubren que cuando el dragón les ataca o las acosa no va ningún príncipe a salvarlas o que la madrastra impone a todo el reino que es la más guapa. Mi espectáculo es una lectura diferente de estos cuentos".

La tendencia de este adaptador de cuentos con cierto trasfondo cruel, cuyos finales no son nada felices, responden a una realidad social que él critica abiertamente. "Critico este neofascismo que se ha afincado en nuestra tierra que persigue a mujeres, a emigrantes, a homosexuales..., a todo lo que sea diferente. Parece lejano, pero está latente en nuestro entorno y se les da carta blanca para que actúen", apuntó.

Los temas costumbristas canarios también son un imán para sus inclinaciones de narrador oral, una afición que heredó de su padre y que se ha convertido en una forma de conversar con sus semejantes en un mundo dominado por el imperio del móvil. Cuenta relatos de una forma natural y cercana a la gente, le dicen.

"Casi todo lo cuento desde un registro canario, que quede bien latente nuestra idiosincrasia, algo que intento por todos los medios. Para ello utilizo la forma de hablar de mis padres, de mi entorno".

Textos de la escritora mexicana Laura Esquivel, del investigador canario Paco González o de la británica Emma Watson son algunas de las fuentes de las que bebe este sincero narrador, que defiende este tipo de festivales.

El de El Sauzal cumple ya veinte años dedicados a compartir historias llenas de magia con el fiel público que lo sigue. Como aseguró uno de los promotores de este encuentro, Juan Reyes, de Teatrofia: "La nota dominante es el humor, porque la gente lo necesita, aunque a veces las historias no sean temas para reír".